"Dear Old England" de Jane Anne Winscom, publicada en 1867, es un encantador tributo a Inglaterra, su tierra natal. Con una prosa que fluye entre lo poético y lo descriptivo, Winscom lleva a los lectores a un viaje a través de las diversas regiones de Inglaterra, celebrando su belleza natural, su rica historia y sus tradiciones culturales.

El libro es una exploración amorosa y detallada de Inglaterra, que se revela en cada página a través de los ojos nostálgicos y apasionados de la autora. Winscom comienza su recorrido con los impresionantes acantilados blancos de Dover, símbolo emblemático de la entrada a Inglaterra, y nos lleva a través de los vastos y misteriosos páramos de Dartmoor, donde la naturaleza reina con majestad salvaje.

A lo largo de los capítulos, el lector se encuentra con las magníficas catedrales que salpican el paisaje inglés, cada una con su propia historia y arquitectura distintiva. Las descripciones de Winscom de las catedrales de Canterbury, York y Salisbury no solo capturan la grandiosidad de estos edificios, sino también la atmósfera espiritual y la historia que encierran sus muros.

El libro no solo se enfoca en las estructuras grandiosas, sino que también celebra la simplicidad y el encanto de los pintorescos pueblos rurales. Winscom pinta con palabras las casas de campo con techos de paja, los jardines floridos y los caminos serpenteantes que conectan comunidades acogedoras. Estos detalles evocan una sensación de hogar y calidez que es inherentemente inglesa.

Winscom no deja de lado la historia en su recorrido. Con anécdotas fascinantes y relatos históricos, la autora nos sumerge en eventos significativos y figuras importantes que han moldeado el carácter y la identidad de Inglaterra. Desde los tiempos de los romanos hasta los reinados de Eduardo y Enrique VIII, cada relato histórico está narrado con una vivacidad que hace que el pasado cobre vida.

Pero "Dear Old England" es más que una simple guía geográfica o histórica; es un reflejo de las experiencias y los recuerdos personales de Winscom. Su amor por Inglaterra se siente en cada descripción, en cada paisaje, en cada relato. A través de sus ojos, los lectores no solo ven Inglaterra, sino que también sienten su alma y su esencia.